lunes, 29 de junio de 2009
A CUIDARSE
Me estoy curando de unas anginas, pero vuelvo pronto al aula.
Vayan preparando sus cuentos de brujas, para asustarme a más no poder. Y si me repongo del susto, subo los cuentos al blog.
Hasta pronto.
sábado, 6 de junio de 2009
¿CUÁL ES TU CORAZÓN?
Nosotros podríamos presentarnos a los demás utilizando también esta figura del corazón.
¿Cómo está nuestro corazón? ¿Radiante, brillante, luminoso? ¿Sucio, oscuro, empolvado? ¿Qué hay en nuestro corazón? ¿Telarañas o fuego?¿Quién sos vos? ¿Cuál es tu corazón?
Y los apóstoles en las primeras comunidades: formaban todos un solo corazón y un solo espíritu, pedido que después también hiciera Don Bosco a sus olaboradores: "Formen todos un solo corazón"...
En este mes del Sagrado Corazón de Jesús, pidámosle a Él que nos regale un corazón sincero y generoso, dispuesto y lleno de amor.
UN DÍA EN EL PARQUE DE DIVERSIONES
Había una vez dos nenes llamados Juan y Camila, que eran hermanos. Estaban ansiosos por ir al parque de diversiones por primera vez. Fueron a contarles a sus papás Silvia y Santiago de su idea. Estos les contestaron: “Bueno, vamos”. Juan y Camila estaban felices de ir al parque.
Los chicos se fueron a cambiar. Camila agarró sus largavistas, y Juan la cámara de fotos, que le habían regalado sus abuelos para su cumpleaños. Primero, se fueron al kiosco de la vuelta de su casa a comprar unas ricas golosinas. Luego subieron al auto y partieron.
Como era muy largo el camino Juan se fue durmiendo y Camila ya estaba dormida. Por fin, llegaron al parque. Silvia y Santiago los despertaron. Todos estaban re contentos. Primero, fueron al gusano loco, después al tren fantasma, a los autitos chocadores, y a la vuelta al mundo. Allí Camila llegó a tocar una nube y Juan casi por un poquito. Camila miró a través de sus largavistas y Juan sacó su cámara de fotos. No lo podían creer lo alto que estaban. Mientras bajaban tenían mucho apetito. Todos fueron a comer una hamburguesa y de postre las golosinas.
Siguieron jugando todo el día hasta que quisieron ir a las sombrillas voladoras. Juan y Camila se desesperaron buscando dos entradas. Al fin encontraron una en el suelo, y rápidamente se la quedaron. Por suerte, un señor había comprado una entrada y al nene que le había comprado no le gustó subir a ese juego. El señor no sabía qué hacer con ese boleto, entonces Camila le preguntó: “Señor ¿Va a usarlo para las sombrillas voladoras?” y el señor le contestó que no, y se las regaló. Los chicos estaban felices. Se pusieron en la cola para subir a las sombrillas voladoras. Hasta que les tocó subir estaban muy nerviosos. Fue maravilloso volar. Al bajar, ya se estaba haciendo de noche. Por último, se subieron a la montaña rusa. Se hizo de noche. El parque ya estaba cerrando sus puertas, y se tuvieron que ir.
Regresaron muy contentos a su casa recordando el lindo paseo que disfrutaron en familia. Juan y Camila preguntaban a sus papás: “¿Cuándo vamos a venir otra vez?”
María Josefina Arbert
LLUVIA DE PIEDRAS
Un día Pilar, Fátima, Rosario y Tomás se fueron a la plaza. Tomás llevó su patineta, Rosario sus patines, Fátima su bici y Pilar se fue caminando. Cuando llegaron, Rosario, Fátima y Tomás estaban andando en patineta, en patines y en bici. En cambio Pilar estaba muy aburrida, entonces les dijo a sus amigos si le prestaban los patines, o la patineta, etc. Pero todos le dijeron que no.
Ella, muy triste, se sienta en un banco de la plaza pensando qué les podía hacer a Tomás, a Fátima y a Rosario.
Pensó, pensó y pensó hasta que se le ocurrió algo para hacerle a Fátima. A Fátima le gustan mucho los helados, entonces Pilar dice: -”Fátima, andá allá a la esquina que hay un kiosco y venden helados, y si querés dejá la bici acá que yo te la cuido”, y Fátima dice: -“bueno, dale, te la dejo”.
Fátima se va a comprar el helado, entonces mientras ella no está Pilar le pincha la bici con una piedra que encuentra por ahí. Cuando vuelve, Fátima se sienta en un banco a comer el helado tranquila, cuando termina el helado empieza a andar en bici y va a una rampa que había ahí, cuando estaba subiendo a la rampa se cae para atrás y se golpea mucho la espalda, con mucho dolor va y se sienta en un banco de la plaza.
Después Pilar piensa, piensa y piensa y se le ocurre algo para hacerle a Rosario: como a Rosario le gustan mucho las golosinas Pilar le dice: -“andá allá a la esquina que hay un kiosco y venden golosinas de todo tipo, y si querés dejarme los patines acá que yo te los cuido”. Entonces Rosario le dice: -“bueno, dale, te los dejo”.
Al rato Pilar le saca una rueda a los patines, cuando vuelve, Rosario se pone los patines y empieza a andar, pero de repente se cae y se golpea la rodilla, le chorrea mucha sangre, entonces se va a lavar a una pileta que había cerca de los juegos de la plaza.
Al rato, como a Tomás le gustan mucho las calcomanías, entonces Pilar le dice: -“Tomás, andá que allá hay un kiosco y venden calcomanías para patinetas, y si querés dejá tu patineta acá que yo te la cuido”. Tomás le dice: -“bueno te la dejo”. Mientras que Tomás no estaba, Pilar le saca las lijas a la patineta. Cuando vuelve Tomás, empieza a andar y se va muy rápido a la rampa, pero cuando estaba bajando velozmente, se patina porque no estaban las lijas y se golpea la pierna, le arde mucho, entonces se va a lavar.
De repente empiezan a caer piedras y Pilar se dio cuenta que llovían piedras por todo lo malo que había hecho.
Entonces se queda reflexionando y les pide perdón a sus amigos, y les dice que fue ella. Sus amigos la perdonan. Pilar había llevado gasas por las dudas así que les puso una gasa a cada uno, y le compra un helado a Fátima, una golosina a Rosario y una calcomanía a Tomás, entonces paran de caer piedras y sale el sol más brillante de toda la historia. Como había hecho tanto sol se fueron todos a la pileta de Pilar y terminaron todos jugando.
Sara Maggio