Había una vez un chico llamado James que tenía veintiún años.
James jugaba en
Después de ese partido no perdieron ninguno.
James siguió metiendo puntos hasta que el entrenador le dijo: “Pará James, no podés jugar solo siempre. Alrededor tenés cuatro jugadores para pasársela.”
James jugó y jugó. Empezó a pasarla un poco y su rendimiento bajó. Él hacía menos puntos en los partidos. Hacía quince, veinte, trece, veintidós por partido. El entrenador se puso contento de que pueda pasar la pelota. El equipo no perdió ningún partido en la temporada y al final, cuando jugaron la final contra los Spurs, perdieron el primero, ganaron el segundo, perdieron el tercero, ganaron el cuarto y el último lo ganaron por un punto: 124-125 en el time out.
En la otra temporada empezaron igual que en la primera.
Después de tres meses James empezó a pasarla porque cambió el Director Técnico. Y compraron un jugador nuevo llamado Alex. Alex jugaba en los Spurs. Era el casi mejor jugador del equipo, pero él y James formaban una pareja excelente. Empezaron el sexto partido que era contra los Spurs y le ganaron por 90-84, y en esa temporada llegaron hasta la final y perdieron.
Alex y James siguieron ganando y aprendieron a pasar la pelota.
1 comentario:
hola chino bueno nada ta re bueno el cuento y bueno nada chau besos
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