miércoles, 10 de octubre de 2007

CUARTO CRECIENTE

Hacemos un paréntesis en los cuentos para contarles algo que no es cuento.
Hoy nos visitaron por tercera vez los amigos de Cuarto Creciente. Un grupo de jóvenes talentos que hacen teatro divertido y pedagógico para chicos.
Los chicos han disfrutado mucho de sus presentaciones, y los maestros también...
Esperamos que regresen el próximo año a estrenar su obra sobre Martín Fierro.
Maru, Pablo y chicos de Cuarto Creciente: GRACIAS.








martes, 9 de octubre de 2007

SEBASTIÁN D'AGROSSA el basquetbolista comilón

Había una vez un chico llamado James que tenía veintiún años.

James jugaba en la NBA en los Cleveland Cavaliers. James jugaba muy bien pero en los partidos no la pasaba mucho. Pero había veces que embocaba 30 puntos por partido. Cuando jugaron contra los Spurs él hizo 36 puntos y perdieron por un punto. Perdieron 114-115.

Después de ese partido no perdieron ninguno.

James siguió metiendo puntos hasta que el entrenador le dijo: “Pará James, no podés jugar solo siempre. Alrededor tenés cuatro jugadores para pasársela.”

James jugó y jugó. Empezó a pasarla un poco y su rendimiento bajó. Él hacía menos puntos en los partidos. Hacía quince, veinte, trece, veintidós por partido. El entrenador se puso contento de que pueda pasar la pelota. El equipo no perdió ningún partido en la temporada y al final, cuando jugaron la final contra los Spurs, perdieron el primero, ganaron el segundo, perdieron el tercero, ganaron el cuarto y el último lo ganaron por un punto: 124-125 en el time out.

En la otra temporada empezaron igual que en la primera.

Después de tres meses James empezó a pasarla porque cambió el Director Técnico. Y compraron un jugador nuevo llamado Alex. Alex jugaba en los Spurs. Era el casi mejor jugador del equipo, pero él y James formaban una pareja excelente. Empezaron el sexto partido que era contra los Spurs y le ganaron por 90-84, y en esa temporada llegaron hasta la final y perdieron.

Alex y James siguieron ganando y aprendieron a pasar la pelota.

CARLOS PÉREZ KÜPER un fin de semana de locos

Un fin de semana me fui con mis amigos Lucas, Andrés y Luís de campamento a la casa de un amiguito a dormir. Armamos la carpa. Había luna llena y muchos árboles. Hicimos una fogata, un fogón, y cantamos canciones y jugamos a las cartas.

Nos dormimos a las tres de la mañana. Sentimos unos fuertes aullidos y gritamos. Hicimos ta-te-ti para ver quién salía. Y salí yo.

Salí muy asustado y vi que las sombras eran las sombras de los árboles iluminados por la luna. Entonces les dije que salieran porque todo fue un susto.

Nos dormimos y seguimos viendo las sombras pero ya no teníamos miedo. Los aullidos tenebrosos se producían por los perros de la vecina. Las sombras tenebrosas eran producidas por las sombras de la luna y los árboles.

Al amanecer fuimos a McDonald’s. Mi papá nos invitó a comer una hamburguesa y aceptamos. La comimos y nos encantó. Fuimos a la plaza y nos quedamos hasta las cinco y media de la tarde. A las seis menos veinte fuimos a Café Sur y comimos pollo con sal, tomate y lechuga. Me gustó mucho. Nos fuimos a casa de mi amigo, jugamos a la Play Station 2 e hicimos toda la tarea para tenerla lista para mañana. Mi papá preparó las bolsas de dormir para que podamos dormir devuelta. Estábamos preparándonos para ir a dormir. Nos pusimos los piyamas y comimos unos serenitos cada uno cuando llegó la hora de dormir. Y al otro día fuimos al cole contándoles a todos nuestros compañeros lo que nos pasó esa noche.

AYELÉN FREIJÓ ¿con quién me quedo?

Había una vez un chico que se llamaba Bruno. Ese chico gustaba de dos chicas, y esas dos chicas eran muy amigas y también gustaban de él, pero no se peleaban nunca entre ellas. Es más, se ayudaban mutuamente (eso es muy extraño).

Bueno, Bruno no sabía con quién empezar, con Celeste o con Aylén.

Bruno con Aylén ya había tenido una historia, pero con Celeste no. Entonces decidió empezar con Celeste para probar, y le encantó. Entonces le pidió de ser la novia cuatro veces y ella se negaba a ser la novia de Bruno, y ella (Celeste) al día siguiente estaba chateando con Bruno (Celeste) y no se sabe muy bien lo que escribieron, pero sí se sabe que se pelearon.

Después probó con Aylén. Aylén estaba súper enamorada de Bruno pero Bruno no tanto (al menos no se notaba) (no lo demostraba) y cuando Aylén se enteró, salió corriendo a contarle a Celeste que Bruno la estaba usando. Le pegaron una cachetada cada una y se fueron. Él no se quedó con ninguna.

Enseñanza: Nunca uses a nadie (ni por amor).

EUGENIA CERNADAS una chica pobre

Había una vez una chica llamada Candela, que vivía en un barrio muy pobre. Su casa apenas era de unas cuantas maderas apiladas y bolsas de plástico, que paraban el viento; pero eso no alcanzaba para soportar el frío invierno que se vivía en Green Garden, un pequeño pueblo al sur de Irlanda.

Todos los días se levantaba muy temprano, tomaba su viejo abrigo, un bolso donde llevaba un cuaderno, y salía a trabajar. En ese entonces era muy duro salir a trabajar y más para una pequeña niña que debía estar estudiando en la escuela. Pero su familia no tenía dinero para comer, y la mandaban a trabajar de lo que fuera. Juntaba algunas botellas plásticas, papel, vidrio, ayudaba en algunos negocios, cualquier cosa para poder tener algo en la mesa. Pero esto no era posible todos los días, ya que en los fríos inviernos poca gente salía de sus casas y no siempre los negocios abrían.

Un día de regreso a su casa, con unas pocas monedas que apenas alcanzaban para un poco de pan duro, pasó por la puerta de una gran escuela, y eso la puso mal. Candela era una niña a la que le gustaba mucho leer, y no podía estudiar. Era muy feo para ella.

En la puerta de la escuela había un grupo de niños y niñas, y cuando la vieron pasar, se burlaron de ella y la molestaron. Ella muy triste huyó corriendo a su casa, pero atrás venía una niña, llamada Mariana, que le dijo si quería que sea la amiga y ella le dijo que sí.

Después de unos días le dieron una mano a la mamá de Candela y le consiguieron un trabajo, y ella fue a la escuela.

CONCURSO LITERARIO

Durante el mes de agosto, los papás y mamás de la UPF organizaron un concurso literario para los chicos de la escuela.
Próximamente iremos publicando aquí los cuentos que realizaron los chicos de acuerdo a la consigna dada: el lema del Rector Mayor, Don Pascual Chávez.
Inspirados en el «Dejémonos guiar por el amor de Dios a la vida», esto fue lo que los chicos y las chicas escribieron... Y cómo lo escribieron...
A continuación, los primeros cuatro cuentos. E irán apareciendo muchos más.