Iban en busca de un gran tesoro. Un tesoro muy especial, que sólo se podía abrir diciendo palabras mágicas. Los esperaban magos para ayudar a abrir el tesoro.
El jinete se llamaba Lord de Vero y el caballo Salomón. En ese pueblo la gente era muy amable.
El cansado Lord, sin dormir, para encontrar el tesoro que su padre le había heredado. Llega al lugar del tesoro y dice las palabras mágicas y aparece el oro.
Decide quedarse en el Pueblo Bochorno, debido a que se había enamorado de una muchacha hermosa y buena, que en su vientre tenía un bebé de 3 meses de Lord de Vero.
Con ese tesoro compraron una gran casa y a su caballo Salomón le hicieron un establo en el patio trasero, y le compraron una yegua llamada Ayelén con la que tuvo hijos.
El hijo de Lord de Vero y Juana González lo llamaron Juan de Vero González, fue muy feliz, y de mayor heredó toda la riqueza.
Fueron felices por siempre.
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