sábado, 6 de junio de 2009

LLUVIA DE PIEDRAS

Un día Pilar, Fátima, Rosario y Tomás se fueron a la plaza. Tomás llevó su patineta, Rosario sus patines, Fátima su bici y Pilar se fue caminando. Cuando llegaron, Rosario, Fátima y Tomás estaban andando en patineta, en patines y en bici. En cambio Pilar estaba muy aburrida, entonces les dijo a sus amigos si le prestaban los patines, o la patineta, etc. Pero todos le dijeron que no.

Ella, muy triste, se sienta en un banco de la plaza pensando qué les podía hacer a Tomás, a Fátima y a Rosario.

Pensó, pensó y pensó hasta que se le ocurrió algo para hacerle a Fátima. A Fátima le gustan mucho los helados, entonces Pilar dice: -”Fátima, andá allá a la esquina que hay un kiosco y venden helados, y si querés dejá la bici acá que yo te la cuido”, y Fátima dice: -“bueno, dale, te la dejo”.

Fátima se va a comprar el helado, entonces mientras ella no está Pilar le pincha la bici con una piedra que encuentra por ahí. Cuando vuelve, Fátima se sienta en un banco a comer el helado tranquila, cuando termina el helado empieza a andar en bici y va a una rampa que había ahí, cuando estaba subiendo a la rampa se cae para atrás y se golpea mucho la espalda, con mucho dolor va y se sienta en un banco de la plaza.

Después Pilar piensa, piensa y piensa y se le ocurre algo para hacerle a Rosario: como a Rosario le gustan mucho las golosinas Pilar le dice: -“andá allá a la esquina que hay un kiosco y venden golosinas de todo tipo, y si querés dejarme los patines acá que yo te los cuido”. Entonces Rosario le dice: -“bueno, dale, te los dejo”.

Al rato Pilar le saca una rueda a los patines, cuando vuelve, Rosario se pone los patines y empieza a andar, pero de repente se cae y se golpea la rodilla, le chorrea mucha sangre, entonces se va a lavar a una pileta que había cerca de los juegos de la plaza.

Al rato, como a Tomás le gustan mucho las calcomanías, entonces Pilar le dice: -“Tomás, andá que allá hay un kiosco y venden calcomanías para patinetas, y si querés dejá tu patineta acá que yo te la cuido”. Tomás le dice: -“bueno te la dejo”. Mientras que Tomás no estaba, Pilar le saca las lijas a la patineta. Cuando vuelve Tomás, empieza a andar y se va muy rápido a la rampa, pero cuando estaba bajando velozmente, se patina porque no estaban las lijas y se golpea la pierna, le arde mucho, entonces se va a lavar.

De repente empiezan a caer piedras y Pilar se dio cuenta que llovían piedras por todo lo malo que había hecho.

Entonces se queda reflexionando y les pide perdón a sus amigos, y les dice que fue ella. Sus amigos la perdonan. Pilar había llevado gasas por las dudas así que les puso una gasa a cada uno, y le compra un helado a Fátima, una golosina a Rosario y una calcomanía a Tomás, entonces paran de caer piedras y sale el sol más brillante de toda la historia. Como había hecho tanto sol se fueron todos a la pileta de Pilar y terminaron todos jugando.

Sara Maggio

1 comentario:

julian dijo...

saa que buen cuento me encanto estube toda la tard leyendo el tullo. julian macarrone...