martes, 14 de julio de 2009

ANTÍTEL [SÍN TÍTULO]

Esa mañana brumosa, todo parecía terrible. La niebla tapaba las copas de los árboles y, apenas lejana, se divisaba la blancura de las nubes. Casi imperceptible. Allá, en la borrosa y débil línea del horizonte.
El buen Braulio y su caballo Babasónico, que se creía bravo y noble, cabalgaban inquietos, temblorosos. Iban solos, abandonados a su propio destino.

La temible barranca que debían enfrentar, casi a oscuras, los paralizaba. No sabían si podrían subirla en las espesas sombras del amanecer… Pero ignoraban que la verdadera aventura empezaría arriba, en Pueblo Bochorno…


Iban al pueblo Bochorno. Buscaban una aventura; no los esperaba nadie que ellos conocieran.

Ante tanto miedo decidieron continuar, entonces lo hicieron despacio. Empezaron a escuchar ruidos extraños a medida que subían. Luego empezaron a escuchar, a lo lejos, como si fuera música. El miedo era cada vez más grande: imaginaban algo tenebroso. Igual continuaron.

Finalmente, al llegar, comenzaron a ver gente que reía y bailaba; no entendían nada, pero a medida que avanzaban se iban dando cuenta de que era al revés. Sólo se trataba de un pueblo divertido.

Guido Capararo


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