Había una vez dos chicos que eran amigos de la escuela que se llamaban Lucas y Fede, los dos tenían 10 años, Lucas vive en Quilmes y Fede en Bernal, los dos tenían mamá y papá pero no tenían hermanos.
Una mañana Fede fue al baño a bañarse porque ayer había jugado al fútbol tres horas seguidas y no se bañó, Lucas se despierta para ir al baño, y se encuentra que Fede estaba bañándose en su propia sangre, y después de unos minutos, los padres ansiosos para saludar a Fede van al baño y ven a Fede bañado en su propia sangre, la madre llorando al lado de Fede pensaba que estaba muerto, lo retan a Lucas y lo mandan a su casa.
Los padres de Lucas lo castigan por una semana, después de una semana, va visitar a Fede al hospital, va a la camilla en donde estaba Fede despierto, lo saluda, él se levanta y le transpira la nariz, le cae sangre y luego se desmaya, llegan los padres y lo ven a Fede tirado en el piso, lo retan a Lucas y lo llevan a su casa, lo castigan por una semana más.
Después de una semana Lucas va a ver a Fede y le hace unas preguntas, llega a su casa y le dice
-¿Qué te pasó en el baño?
-Me quedé dormido y me sangraba la nariz -contestó Fede.
-¿Y en el hospital? -me sangraba la nariz y me desmayé.
Le fueron a decir a sus padres que entendieron que Lucas no hizo nada y le pidieron disculpas.
Santiago Basilio
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