LAS VACACIONES SANGRIENTAS

Esta situación pasó en el 1948:

Ricardo Crespo y Juana López, iban con su hijo Juan Crespo de vacaciones a Mar del Plata. Cuando llegaron, Juan entra a la casa y en esa casa había un asesino y mata a Juan. Después Ricardo y Juana entran a la casa y encuentran a Juan tirado en el piso, todo ensangrentado y Ricardo y Juana se asustan mucho y llaman a un investigador. Cuando el investigador, llamado Manuel Fuseneco, llega a la casa, lo primero que hace es investigar el caso y no encuentra ninguna huella del asesino, y les dice: “Va a ser mejor que llamen a la policía”. Ricardo y Juana van a la comisaría y hablan con el jefe de la policía llamado Roberto Martínez, y Ricardo y Juana hacen la denuncia contra el asesino. El asesino, mientras que Ricardo y Juana estaban en la comisaría, fue a la casa que Ricardo y Juana habían alquilado y escribe en las paredes con sangre: “Volveré”. Ricardo y Juana llaman a la policía y al investigador y les dice que vayan a la casa que alquilaron. Ricardo y Juana le dijeron al jefe de la policía que hiciera guardia con más policías en la casa. El investigador seguía investigando y no sabía nada de lo que Ricardo y Juana le dijeron al jefe de la policía. Al otro día, los policías estaban escondidos haciendo guardia en la casa y llega el asesino a la casa, y la policía lo atrapa y Ricardo y Juana se ponen muy contentos.

Resulta que el investigador era el mismo asesino. Le hacen un juicio al asesino Manuel Fuseneco y el juez llamado Emiliano Rivas decide que le den cadena perpetua, y lo llevan a la cárcel.

Al parecer todo era una broma que le hicieron a Ricardo y Juana, Juan estaba vivo y todo estaba arreglado, el asesino era un actor, se llamaba Mariana Mansuello y al final Ricardo, Juana y Juan se van muy felices a su verdadera casa que esta ubicada en Quilmas, Buenos Aires.

José Saglimbeni